El caso de la puerta abierta
Un día de esos que TIENES que conectarte a videoconferencia con tus colegas internacionales para una actualización y sesión de preguntas y respuestas, se le ocurre a mi Internet dejar de funcionar. ¿Qué hacer? Es un asunto de suma importancia por que se arregla una junta en la cual hay gente de muchos países y todos se pusieron de acuerdo para estar ese día a esa hora y por ese medio.
Por pura curiosidad y pánico, me di a la tarea de ver si me podía conectar al ruteador de algún vecino y para mi sorpresa (en realidad no hubo sorpresa) resultó que si. Gracias a que tenía todos los valores por defecto pude ingresar con la clásica cuenta de admin sin contraseña. ¡Eureka!.
Una vez que obtuve una tabla de clientes conectados al ruteador vi que en sesión reciente estaba un equipo que no era mi computadora por lo que decidí curiosear y resulta que me pude conectar al equipo del vecino y pude navegar sus carpetas dentro de su escritorio por que tenía la carpeta compartida y sin permisos(clásico). Como no soy una persona maliciosa ni si quiera me interesó revisar sus archivos(navegó por mi mente la idea), pero decidí tomar una medida drástica.
Redacté un documento de texto en su escritorio que decía lo siguiente: «Estimado vecino, el día de hoy por una emergencia me tomé la libertad de usar su Internet y me dí cuenta que sus equipos tienen serias violaciones de seguridad, por lo que me tomé la libertad de cambiar la configuración de su ruteador que ahora tiene la contraseña: ******** (una buena contraseña). Le recomiendo quitar sus carpetas compartidas de windows o ponerles una contraseña, si requiere de alguna asesoría al respecto no dude en contactarme. Atte. Su vecino del depto. *** (No. de depto)».
Lo anterior sucedió el 7 de septiembre del 2012. Al día de hoy nadie me ha reclamado sobre el asunto y nadie me ha ido a visitar en mi departamento.
Conclusión
1. Nunca dejen sus equipos de comunicaciones con los parámetros por defecto.
2. Cuando compartan carpetas de sus equipos, asegúrense de no compartirlas al mundo entero.
3. Si encuentran una nota de un extraño en su escritorio de Windows, respondan la nota, puede que el intruso tenga sentimientos y decida tener una venganza cruel.